La fotografía para el Retrato:
A la hora de pretender hacer un Retrato al Óleo de hombre, en este caso a una persona joven, hay que tener en cuenta que hoy en día con los teléfonos móviles se pueden hacer fotografías en cualquier momento y circunstancia, siendo las personas jóvenes las que más lo usan.
Adquieren una experiencia constante e inconsciente en la realización de fotografías, lo que hace que el/la modelo que va a ser plasmado tiene un concepto claro y definido de lo que puede ser la Obra.
Ante esta circunstancia nos encontramos con este dilema: El punto de vista de un pintor no suele ser el mismo que el punto de vista del joven que quiere ese Retrato, ya que el pintor va a tener en cuenta una serie de detalles que el modelo no ha considerado.
Acuerdo para el fondo del Retrato:
En este Retrato al Óleo de hombre ha habido que llegar a un acuerdo con Jose Jr. para que al finalizar la Obra todos quedáramos satisfechos.
Por ejemplo los tonos verdes del fondo son los colores preferidos del retratado.
Por supuesto, en estos casos siempre queda más satisfecho el que más ha defendido sus ideas, y el que menos como siempre el pintor, aunque aparentemente no lo demuestre.
Pero siendo una Obra destinada a estar en la casa del retratado, el Autor tiene que amoldarse a aquél, pensando que el fondo, en este caso, es parte complementaria del subconsciente de Jr.
Hay que entender a las dos partes. El pintor entiende que una Obra pintada, aunque sea hiperrealista, debe de diferenciarse en algunos aspectos de una ampliación fotográfica.
En Vermeer tenemos un ejemplo bien claro, en sus composiciones pinta la luz y elementos complementarios muy reales, pero siempre dándole ese punto de vida que en la fotografía no es posible.
Sus trabajos resultan muy singulares, con una cristalina austeridad y una fidelidad casi obsesiva.